CRUCE DE CAMINOS
Cada niño en la infancia empieza su propio camino, pero el de los niños bielorrusos tiene un punto común, un cruce peligroso que tienen que sortear, el vodka. Su consumo es una tradición que en muchos casos lleva al exceso. Familias desestructuradas, violencia en el hogar, embarazos sin control, perdida de la custodia e ingreso en orfanato; es la vivencia infantil de muchos niños bielorrusos.
Para agravarlo aún más la radiación de Chernobyl afectó a esta zona deprimiendola económica y socialmente. Pueblos enteros fueron abandonados, derruidos y enterrados; y hoy solamente 30 años después se cultivan sus campos y se vive en la imprecisa frontera de la radioactividad.
Basta ofrecerles un poco de afecto para que encuentren un referente y eviten el cruce peligroso. Varias asociaciones en España facilitan acogidas a niños bielorrusos en verano, bastan dos meses al año para que sientan que en algún lugar tienen una familia y que hay una vida por la que merece la pena esforzarse.
ACOBI
acobi.blogspot.com.es
BIKARTE
Federación Nacional de Acción Social con la Infancia Bielorrusa
IÑAKI IZQUIERDO
Bielorusia, cruce de
caminos